Supongamos que ya no tenemos aquellos miedos

noviembre 28, 2012

Supongamos que, en un momento dado, pudiéramos sentarnos a la mesa de juego con la plena libertad de mezclar cada uno de nuestros gustos personales y hacer que tus personajes líen con ellos. 
Supongamos que alguien viniera con una propuesta: te quieren de master, a vos, al narrador eterno. Te dan un manual y una lista de nombres. Quieren jugar ese juego que tanto se parece a los que a vos te gustan, un juego de interpretación, narrativo al extremo y, para agregarle "ese gustito especial", indie. Un juego que ni siquiera se tradujo a tu idioma, que data de los maravillosos años 90 -maravillosos en materia artística-; un juego que pocos conocen y que tiene más que ver con tus estudios que con los juegos de rol en realidad.
Lees el manual y comienzas con tu historia. 
Preparas algo parecido a una introducción, y se planteas la difícil tarea de contextualizar lo que has pensado.

Al momento de contextualizar la aventura, pienso que hay ciudades puntuales que encajan con el trasfondo que tengo en mente. Ciudades esparcidas en el tiempo y el espacio. 

Supongamos que eres un niño otra vez. Un niño con sus miedos y sus pasiones, con fuertes creencias producto de los cuentos e historias que tus padres te han narrado. Un niño que juega, un niño que se ensucia. Un niño que, al acostarse, teme a la oscuridad y a los seres que en ella habitan. 
Supongamos, entonces, que tal como hoy, tienes miedo. Un miedo mucho mas sobrenatural. No temes a lo que desconoces: temes a lo que crees conocer.

Supongamos que hayas vivido unas dos o tres décadas. Que pasaste tu niñez durante los años noventa. Que viviste en un mundo que se movía al ritmo de nirvana y los SmashinPumpKings. 
Pasaste tus miedos mas profundos durante esa década, y hoy, sentado a la mesa, interpretando a un niño temeroso, revivirás aquellos años. 

Supongamos que tengo ese juego en mis manos ahora
y que pronto comenzaremos a jugar.

Se viene una serie de posteos relacionados con esta nueva experiencia.
Un juego de rol: Narrativa extrema y Psicodrama en estado puro pensado en el 91. 
En el 92 nos regalaron, de alguna manera, Vampiro la Mascarada. Durante esa década, escribieron casi todo WOD. Lo disfruté recién a la década siguiente. De la misma manera, disfrutaré LittleFears más de 20 años después de su publicación. Y lo disfrutaremos juntos, ambientados en la época en la que fue escrito.

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