RPG a DAY 2016: una selección nada arbitraria de preguntas (anécdotas)

agosto 20, 2016

El blog vuelve a tener actividad, aunque, para no perder la costumbre, será sólo por un corto tiempo. El #RPGaDAY vuelve y pasa a gran velocidad, como un tren fuera de control, y como es costumbre, se ha pasado de la estación local sin recoger pasajeros. 

Corriendo en forma alocada, su servidor se ha subido a medio camino, tras una bella tirada de acrobacia, por lo que dejaré aquí sólo una selección -que como aclara el título, no tiene nada de arbitraria. En esta oportunidad, como para dotar de algo de orden a las entradas de este mes, se proponen tan sólo cuatro respuestas, englobadas estas bajo el rótulo "anécdotas", y dejando otras tantas para nuestro próximo encuentro, aunque allí hablaremos ya no de aspectos anecdóticos de los juegos de rol, sino más bien de divagaciones varias a partir de las cuales conocernos más a fondo.

RPGaDay2016




Notarán que seré algo reiterativo a lo largo de las lineas venideras con un personaje en particular, principalmente porque no es para nada habitual que me coloque en el rol de jugador. Más allá de eso, Lorelei ha sido un personaje más que emblemático en mi experiencia rolera, y para los que no hayan leído nada al respecto en entradas anteriores, esta será una oportunidad impecable para conocer al caótico ser que llevo dentro.

#3 Momento del personaje del que estoy mas orgulloso

Lorelei es un personaje icónico en mi universo rolero, eso es importante para entender lo que viene de aquí en más. Principalmente porque resultó ser un auténtico desafío autoimpuesto, en el intento nada despreciable de poner sobre la mesa a un Malkavian interesante, que se saliera del cliché que, como master, suelo ver en las partidas de Vampiro: la Mascarada. 

A lo largo de la larga campaña que jugamos allá por 2012, el personaje supo dejar más de una pincelada de profundidad, pero fue en una de las primeras partidas en las que realmente terminé de enamorarme de mi propio personaje. 
Dispuestos a realizar algún tipo de intercambio con un astuto Ravnos en el cuarto de un lujoso hotel oceánico, sólo llevábamos con nosotros una pauta a respetar: pasar tan desapercibidos como nos fuera posible. Olvidemos por un momento el forcejeo, la pésima negociación... el incendio en la habitación...
El grupo apenas se conocía y, para variar, todo había salido realmente mal. Sin embargo, la chiquilla - una exageradamente jóven malkavian recién abrazada - haciendo gala de una psicosis galopante, encontró la vuelta para utilizar el caos de la escena (y, sobre todo, su buena tirada contra el terror provocado por el fuego en el hotel) para tirar de los hilos de sus no tan amigables compañeros. Aún recuerdo la cara del resto cuando el Brujah, a punto de realizar un tirada contra frenesí recibió ¿el regalo? de mi parte: crítico en *pasión y a otra cosa. El Brujah estalló en furia, destruyendo en forma literal al Ravnos antes de lograr cerrar la negociación y dando paso a una de las diableries más cinematográficas que he visto jamás.
Hagamos a un lado la tirada, que no viene a cuento, pero aún creo que aquel movimiento, apuntando a descontrolar hasta más allá del límite a un miembro de la mesa de juego ha sido lo más cercano a interpretar una psicosis verdadera. Si había algo realmente interesante para un personaje como este, era llevarse al resto consigo, y en esa escena memorable, siento haber "liberado al kraken", dando rienda suelta a su verdadera personalidad, aún cuando podría haber sido un final tempranero para todos. 

#4 Lo más impresionante que hizo otro personaje 


Curioso es que aquí debería sentirme a gusto, con mucho que contar, pero paradójicamente, en el intento de elegir una acción en particular termino por enroscarme e irme por las ramas. 


Si vamos a hablar de algo impresionante que haya hecho un jugador, en materia de *escena que me dejo boquiabierto*, pues hablar nuevamente del mítico mundo de tinieblas: Bonnie, un demonio pasado de esteroides en cuanto a puntos de experiencia, se enfrentaba al primer enemigo capaz de hacerle frente. Inspirada en Behemot, la bestia negra, patrono de la gula, Bonnie siempre tuvo todo para hacer un desastre a su paso, pero al enfrentar a tan poderoso enemigo, rompió con los patrones y fue directo al concepto: tras la larga presentación del demonio rival y la tan panificada descripción de la escena que acompañaba el encuentro... "ME LO COMO". Se las había currado todas, en su forma apocalíptica contaba con los dientes adecuados a tal fin, incluso con el estómago capaz de digerir cualquier cosa. Pero vaya si fue grande la sorpresa. Romper los esquemas yendo a lo más básico de los mismos. Jamás me creí ver sorprendido por algo que estuviera de por sí anotado en una planilla... y me quedé sin palabras en el momento en que me enfrenté a un concepto claro y conciso puesto en acción. 


Ya he contado decenas de situaciones que me resultaron impresionantes, algunas más acertadas que otras; algunas más o menos oportunas, más o menos memorables, pero la historia de Bonnie siempre es, por extraña e igualmente sencilla, valga la paradoja, la más impresionante de todas (y eso que hemos tenido gente intentando intimidar dragones).


#5 Qué historia cuenta tu grupo de tu personaje 

No creo que mi grupo hable mucho de rol por fuera de las mesas en sí, pero suponiendo que lo hicieran, creo firmemente que hablarían de Lorelei. Y francamente, creo que hablarían del caos que su mera presencia llevó a cada sesión. Su gran historia, hasta donde sé, ha sido siempre su carta de presentación. En el verano de 2012, cuando arrancábamos con la campaña, la gran narradora que teníamos por aquel entonces cometió el gravísimo error de poner un npc poco accesible cerca de tan irritable niña.

Habrá pasado media hora de partida, y Lorelei, tras chocar dos veces contra aquel Tremere de mal carácter, sucumbió ante la retorcida idea que tenía del amor, y se obsesionó más allá de lo esperable con aquella enfermiza relación inexistente. 
Al día de hoy no puedo asegurar qué tan importante era aquel npc para la campaña, pero la narradora se vio obligada a darle mucho impulso (a riesgo de tener que lidiar con un malkavian más desequilibrado que de costumbre). 
Las llamadas a cualquier hora, en medio de misiones importantes, los guiños durante las reuniones con superiores, las muecas durante "el juicio" al que se vio sometida tiempo después... el cartel de "jacob te amo" que perduró durante meses junto a la puerta de mi propio departamento, y el imperativo "invitar a salir a Jacob" que nos acompañó quien sabe cuantas campañas después de haber perdido contacto con los vampiros en general. Lorelei fue mi primer personaje capaz de transgredir las reglas de una campaña e, igualmente, sacudir los límites de las partidas, haciéndose un lugar en la charla habitual y en las anécdotas con amigos.
Algo sencillo, poco épico, bastante cliché. Pero aquel amor rompió todos los tabús. Se hizo historia. Y al día de hoy, Jacob, un npc como cualquier otro, sigue creciendo en base a más de un desvarío propio de la mente distorsionada de una chiquilla corrompida.




#23 Mala suerte, mala suerte, mala suerte


No estoy del todo seguro si esto que voy a contar es una historia de mala suerte en sí, o una clara e inexorable traición, a mis propios compañeros por un lado, y a la mascarada en sí misma por otro. Sucede que, promediando la campaña de Vampiro con la que los he atormentado desde el inicio de esta entrada, a Lorelei comenzó a salirle todo francamente mal. En gran parte por la degeneración propia del personaje, de lo cual me hago cargo, porque resultaba ser extremadamente interesante ver cómo aquella chiquilla sucumbía más y más al estado alterado que la caracterizaba, pero también porque los dados no solían acompañarme. 

Como de costumbre, la cosa iba mal; acabábamos de conseguir una victoria parcial -sino, acaso, una aplastante y apabullante derrota que no queríamos ver- y nos disponíamos a abandonarlo todo como si nada hubiera pasado. Los conocimientos tecnológicos de la niña, acrecentados por su largo tiempo frente al ordenador, funcionaban por aquel entonces como un comodín en caso de desastre: con un par de líneas de código parecía solucionarlo todo, así como también daba siempre con la información necesaria en cada chequeo de la red y blablabla... hasta que la paranoia comenzó a ganar terreno y su gran habilidad se volvió casi obsoleta debido a su temor a la tecnología en materia de privacidad. 
En ese ínterin, la misión se fue por el caño y debimos improvisar una salida lo más ventajosa posible. Seguros de haber sido captados por las cámaras de seguridad, el grupo puso en manos de la pequeña, la tarea de eliminar toda evidencia de nuestras fechorías, aludiendo a su velocidad para "las cosas tecnológicas".
Un fallo no fue suficiente. No recuerdo cuanto es que fallé aquella vez, cuantos intentos fallidos se sucedieron antes de ceder ante la tentación de volverme un personaje altamente detestable. Jamás hasta aquel momento había fallado... nada. En materia informática, Lorelei era una especie de dios máquina. Y de repente, no mala suerte, sino malísima. 
Ha de haber sido un castigo divino por lo acontecido luego, pero desde allí, la tecnología parecía haberle dado la espalda a la chiquilla. 
Al subir a la camioneta que la esperaba fuera del edificio, sonriendo como si nada hubiese sucedido, levantó el pulgar en señal de "todo solucionado". 
Poco la ayudó que a los pocos días, su actividad criminal se viera reflejada en todas las pantallas del país. 

Después de todo, nunca me gustó el café
Lorelei

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