Un kobold suelto en la Global Game Jam 2015 Parte I

enero 27, 2015

6 novatos, 48 horas, 1 juego

Para cualquiera que no lo sepa, la Global Game Jam, de aquí en adelante GGJ, es un evento internacional dedicado al diseño y desarrollo de videojuegos en tiempo record, realizado en paralelo en todas partes del mundo bajo una consigna en común. Así es como, al menos por esas 48 horas de desesperación y trabajo contrareloj, de poco dormir, de tipeo constante y de tsunamis de café, miles de personas en cada rincón del mundo trabajan en forma cooperativa y comparten sus experiencias para superar los límites del propio conocimiento. Miles de personas comparten ideas, piden consejos, corrigen errores. Y todo en un feedback permanente mediante pantallas gigantes que te muestran, en tiempo real, cómo están trabajando en la sede de tokyo, en la universidad de ciencias informaticas de La Habana, de Malmö, de Birmingham... en el instituto de tecnología de Carlow, o donde sea... 

La Plata Game Jam 2015, Facultad de Informatica, Universidad Nacional de La Plata, Buenos Aires, Argentina

Este año, la consigna que nos unió a todos fue una pregunta: WHAT DO WE DO NOW?. La misma debía utilizarse como disparadora de ideas para el diseño de todos y cada uno de los juegos a presentarse, y fue realmente reconfortante observar que no solo nosotros nos vimos sorprendidos e intimidados por esas palabras. Nuestras caras se reflejaban en las de esas personas detrás de la pantalla y, por un momento, no había diferencia alguna entre unos y otros.

Y es eso lo que la GGJ ofrece. Una cierta sensación de igualdad y compañerismo. Una experiencia interesante que promete ser diferente cada año.

En ese contexto... esta es mi experiencia como escritor y guionista en la GGJ15

Armar un equipo, tener una idea, proponerla, escuchar la de los demás... intentar unir los aspectos mas interesantes de cada una y formar algo coherente que le guste a todos; mirarse con desconcierto, escribirlo y recortarlo. Y recortarlo... y recortarlo nuevamente, para que, luego de 20 horas de trabajo, uno entienda que aún no lo ha recortado lo suficiente.

Es que el rol de diseñador de videojuegos especializado en la parte narrativa es muy frustrante. Puede que tengas una idea maravillosa, repleta de personajes carismáticos capaces de enamorar a cualquier jugador... o que imagines diálogos profundos, escenas memorables, 564243 niveles, acertijos, puzzles, enemigos... pero si el codigo no hace mover al personaje, puedes estar seguro de que todo lo demás nunca verá la luz del día. 

Me reí de aquellos que me decían "vas a tener que recortar hasta la idea más simple, porque el tiempo apremia y las lineas de codigo no se escriben a la velocidad que fluyen tus historias"... pero cuando quedaban 6 horas por delante y la princesa no saltaba, esas palabras no dejaban de repetirse en mi cabeza.

Me atormentaba ver mi historia morir, dejando diagramas de flujo, dialogos, lugares y personajes allí, en hojas que nadie leería... los odie a todos por un momento, pero tuve que aceptarlo tarde o temprano, guardando aquello para más adelante... porque si hay algo que aprendí de la escritura para videojuegos es que no es tan diferente a los demás tipos de escritura; con sus más y sus menos, hay algo que siempre debes tener en cuenta: no te enamores de tu historia.

No te enamores de nada durante ese proceso de desarrollo. Todo cambia, el arte va mutando junto con tu trabajo, mientras que la programacion guía de una forma u otra lo que puede o no hacerse. Lo importante es aceptarlo, entender que hay mucho tiempo para usar esas ideas en otro contexto: la GGJ ofrece una experiencia en la que el juego que resulta de la misma es una mera excusa. No es una competencia, no hay dinero de por medio, no hay premio alguno más que el aprender viendo a los demás, hablando con gente nueva, compartiendo aciertos y errores; el juego que uno crea allí no es más que el motor de ese socializar, compartir y entablar relación con gente nueva, gente que puede vivir a metros de tu casa o a miles de kilometros de tu país.

En algún punto, no soy la misma persona que se inscribió a la GGJ15, soy un escritor diferente y un diseñador más capacitado, y puedo asegurar que no seré el mismo cuando termine la próxima. Puede parecer exagerado, pero considero que el rodearse de gente que sabe un poco más sobre aquello que uno hace y entablar con ellos algún tipo de relación siempre es motor de un cambio positivo.



Y aquí un incentivo para que vuelvas, leas la parte II y conozcas a nuestro equipo, nuestro proyecto y nuestros planes a futuro...







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