Desafío ¡yo escribo! P7

febrero 25, 2014

Don’t start out your email or submission with “I suck, but here we go.”


Difícil hablar de la experiencia del escritor con las editoriales cuando uno, aun en la exageración de considerarse un escritor , nunca ha pensado en la publicación de sus obras. 


Y es que, en el marco del desafío Yo escribo!, que se ha apoderado de este blog y de mi cabeza en el ultimo mes, Sparda nos lleva a hablar sobre miedos, aspiraciones y experiencias con editoriales: experiencia que no tengo, aspiraciones que son pocas y miedos en los que aun no he pensado, pero que en mi caso siempre abundan.

¿Creéis en la ética de las editoriales para con los autores?

Creo que la respuesta mas acertada a esta pregunta es que hay de todo en todas partes; que, eventualmente, nos encontraremos con personalidades maravillosas detrás del monstruo editorial, y que mas de un editor se acercara a nosotros con buenas intenciones y verdadero interés por ver crecer nuestra obra mas allá del interés financiero que, por obvias razones, siempre estará presente. Que, como en cualquier otro ámbito, habrá personas con tiempo y ganas de aconsejarnos, que se tomara unos minutos para leer nuestro manuscrito y, principalmente, nos darán una respuesta positiva, que construya mas allá de llegar a un acuerdo para la publicación o no de la obra.

Del mismo modo, vamos a darnos la cabeza contra malas personas, contra egos muy inflados o intereses financieros mas grandes que los artísticos, que pueden terminar en, literalmente, cualquier cosa (sino vean la pintoresca historia de Gentlemen Broncos, una comedia absurda escrita por Jared and Jerusha Hess que mucho tiene que ver con esto).

Benjamin Purvis y Ronald Chevalier,
 el joven escritor y el monstruo que le arrebata la obra para publicarla a su nombre

Grata sorpresa me he llevado al ver que muchos de los autores que hoy participan de este desafío han tenido buenas experiencias editoriales; que se han preocupado tanto por la obra como por el autor, mirando que todo este marchando como debe y cuidando la comodidad del artista. Y es que, para alguien como yo, que he soñado mucho tiempo con montar una editorial dedicada a los juegos de rol, me parece hasta obvio que uno debería brindarle al autor todo lo que este a su alcance, porque no se trata aquí de un contrato, de un trabajo mecánico o burocracia de oficina, sino de creatividad y tiempo invertido en la creación de mundos que traen aparejados beneficios para ambas partes. Como editorial, tomo decisiones y corro riesgos que pueden traerme grandes ganancias, mientras aporto un granito de arena a la difusión cultural. Me hago responsable de aquellas decisiones: nadie obliga a la editorial a publicar tu obra, por lo que ante un presunto fracaso, siempre posible, nada puede exigirte o reclamarte la empresa.

Lo que si me he planteado es "a donde mandar cada cosa". Todos sabemos que hay editoriales y editoriales, cada una tiene una mirada distinta, busca un estilo, sigue cierto camino del que posiblemente no quieran alejarse: en ese sentido, manuscrito en mano, uno debería pensar realmente si x editorial estaría interesada desde el vamos en publicar una obra como esa.

Si la respuesta a la que llegamos es un si, quedara que dicha editorial trate bien a nuestra obra:

cómo sería vuestra editorial ideal
qué es lo que no debería hacer una editorial con vuestro manuscrito

No me gustaría volver a caer en la referencia a Gentlemen Broncos, pero, básicamente, ninguna editorial, así como ningún autor en general, debería apoderarse de las ideas de los otros. No solo robar lisa y llanamente la obra, sino apoderarse de los pilares fundamentales de la misma, de los personajes o de sus relaciones. Y digo esto, no porque tema el robo de una de mis obras por parte de una editorial, sino porque los que escribimos para juegos solemos darnos ciertas licencias en este aspecto; principalmente, los que escribimos módulos de rol tomamos ideas de aquí y de allá, porque no pensamos comercializar absolutamente nada de lo que hacemos bajo esta modalidad (a la altura de un fanfic literario).

Siguiendo esa linea, decir que no es lo mismo una editorial dedicada a la publicación de ficciones literarias que una dedicada a esto que humildemente intento hacer. Cuando escribimos para rol no solo vale la historia y como este escrita la misma, sino que se tiene en cuenta el aspecto mecánico de lo presentado: como afirman en Onyx Path Publishing, no hacemos solo ficción, por lo que todo proyecto ha de tener un 50-50 entre relato y mecánica de juego. 


Aun Onyx Path, con su sistema emblema, esta abierto a mecánicas diferentes

Esto forma parte de una editorial ideal, abierta a ideas renovadoras, pero que sepa no salirse del camino que la caracteriza, incorporando las ideas nuevas en forma coherente. Que lea los manuscritos que le llegan sin subirse al pedestal, sin el miedo a la aparición de nuevos grandes, de autores que cambien la forma en que se hacen ciertas cosas. Pero principalmente, editoriales que lean los trabajos y respondan, en la medida de lo posible, con sinceridad, y le den verdadero valor a lo que trasmiten las obras de cada autor, sin quedarse atascadas en la pregunta por el dinero que podría llegar a mover tal proyecto. 

Y, retomando lo primero, la editorial ideal entendería que toda decisión conlleva un riesgo que ellos mismos están tomando, y que el autor ha puesto todo de si para triunfar, desligándose de la responsabilidad de un eventual fracaso. Porque, en definitiva, ese es su trabajo: leer, estudiar, buscar las posibilidades de mercado y publicar. Si ellos aceptan y ponen en marcha un proyecto, la genialidad de la obra sera merito del autor, y la genialidad de mercadeo, publicidad y venta recaerá sobre ellos.


Espero releer esto una vez publicado y sentir que "dije algo" mas allá de la verborragia...

You Might Also Like

0 comentarios