Algo así como la red de locura Malkavian

septiembre 16, 2014



Dos personas, dos mentes, dos mundos. 
Una idea. 
En 1943, sentado frente a una pila de manuscritos arrugados y libros de medicina, un psiquiatra austriaco de apellido Kanner daba los toques finales a su último trabajo. Al mismo tiempo, y a quien sabe cuantos kilómetros de distancia, sin conocerlo y sin siquiera haber oído alguna vez de él, otro médico psiquiatra austriaco de apellido Asperger comenzaba a pasar en limpio las notas de su próximo libro. 
Dos personas, dos mentes... observaron los mismos detalles del mundo y describieron, al mismo tiempo, un síndrome que acompaña a la clínica hasta la actualidad.



En un primer momento, lo pensé como una especie de "pensamiento colectivo". Luego, me reí de las casualidades, reflexioné sobre la forma en que aparecen las ideas, suspiré pensando en que algo en nuestra cultura nos estaba perfilando hacia ideas monótonas y que, justo por ello, los proyectos que veía se parecían tanto entre sí. ¡Falta imaginación! ¡Falta creatividad! me repetía. 
¡Me acusé incluso, a mí mismo, de plagiador! Pero claro... las fechas no daban. 
Y pasé a reír nuevamente.

Por suerte, y salvando LAS distancias, la historia apoya esta idea que postuló WhiteWolf al plantear la red de locura Malkavian: una conexión de mentes a través de la cual fluyen las ideas que los grandes genios llevan a la práctica. Y... ya que estamos, también estas otras ideas de las que voy a hablarles hoy, que no requieren de genios y que, probablemente, no cambiarán el mundo ni la forma en que lo observamos, pero que sí nos permitirán colmarnos de satisfacción y generar grandes movimientos lúdicos:

Es que hace unos días, dispuesto a llevar por fin al papel uno de los tantos proyectos de índole rolera que tengo en la cabeza, descubrí que alguien, a 11,609 Kilómetros de mi casa, con una vida absolutamente diferente a la mía, con más años, otra formación, otro idioma, otros miedos... que jugó otros juegos con otra gente, estaba diseñando prácticamente el mismo juego que yo.

Mucho mejor que el mio, claro >.<

Sin lugar a dudas este diseñador es un monstruo. Un monstruo en el buen sentido del término: uno con la voluntad necesaria para sacar adelante el proyecto, los contactos adecuados y los medios a su alcance, que hizo lo que yo no habría hecho nunca (por vago posiblemente): hacer de su juego de rol un icono de los juegos de rol en su país y, quien sabe, del mundo en un futuro. Y me encantó descubrirlo porque entendí que una idea que en mi cabeza no lograba sostenerse, podía lograr un éxito mucho mayor del que habría soñado con solo... bajarla a la realidad.

Podríamos hablar de esto por y para siempre, pero si de algo me sirve escribirlo aquí y poner esta anécdota mal narrada ante sus ojos, es para reflexionar juntos sobre cómo, en la era de la comunicación, los jugadores, directores y diseñadores de juegos de rol aún vivimos dispersos en pequeños grupos locales y no abrimos nuestras ideas al mundo, en busca de otros que, sin saberlo, están trabajando en lo mismo y, seguramente, pueden complementarnos.

La situación va muchísimo más avanzada en el viejo continente (al menos hasta donde los acérrimos usuarios de blogger me han permitido ver -o me han hecho creer-). Pero mi experiencia en proyectos de este tipo en Argentina se queda en grupos demasiado pequeños y mueren en las páginas de algún foro poco visitado.

Por suerte, el movimiento comienza a tomar forma. Pero aún falta. Quizá en próximas entradas, con un conocimiento más profundo sobre el tema, pueda contarles cómo funcionan y qué andan haciendo las relativamente nuevas comunidades roleras de mi zona y los históricos clubes de rol sudamericanos que he descubierto algo tarde ^.^

Por lo pronto, recuerdo jornadas de desarrollo de videojuegos a las que tuve el placer de asistir tiempo atrás, en la que cientos de programadores, ilustradores y jóvenes provenientes de las más diversas disciplinas, bocetos en mano, se encontraban, como quien no quiere la cosa, con otros que habían estado trabajando en algo parecido. 

Ese es el espíritu de las Global Game Jam: juntar a entusiastas de todo el mundo, poner ideas y proyectos sobre la mesa y promover la comunicación y el trabajo en equipo. Sin ganadores ni perdedores, la GGJ puede traducirse como una autopista de ideas que pone en una misma línea de comunicación a fanáticos repartidos por más de 60 países.


"Conocer gente, trabajar en equipo y aportar lo que se sabe". Así funciona, te pone frente a ese otro que está haciendo lo mismo que vos y, como una herramienta más, permite que dos proyectos parecidos, destinados quizá a quedar inconclusos, se unan en pos de un producto final que, además, fomentó el intercambio y la tan menospreciada "charla" entre personas, ideas, culturas.

Imagino que algo así ha de existir en el mundo de los tabletop rpg's. Quiero creer que existe.
Y si no, ¿qué esperamos?




Por lo pronto, la Red de Rol es un enorme dispositivo para dar vuelta el tablero y comenzar a trabajar (como seguramente muchísimos roleros, especialmente europeos, ya están haciendo).

Igual, hablo sin saber. No me hagan caso (?)





PD1: han pasado más de dos meses desde que mi notebook murió asfixiada por los pelos de mi bestia felina (lease. gato), por lo que me ha costado bastante sentarme a escribir una entrada para el blog. 
PD2: para colmo, cuando finalmente me senté a escribir este post, pensaba hablar de otra cosa. La vida y sus cambios repentinos...
PD3: vamos, que mi proyecto no es la gran cosa, pero realmente me fascina lo parecido que es, en las cuestiones de fondo al menos, a esta obra maestra que les linkeo más abajo. Fragged Empire, un juego australiano de Wade Dyer, que destaca por la belleza de su diseño e ilustraciones al más puro estilo sci-fi


Fragged Empire, el proyecto de Wade Dyer
http://www.fraggedempire.com/ 








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