Desafío de los 30 días 2ºed - D1
noviembre 01, 2014Noviembre se ve muy prometedor, debo admitirlo. Desde Trasgotauro ediciones me han dado una nueva razón para llenar de palabras este pequeño espacio virtual que tiempo atrás he dado en llamar "Cuando el master no mira" y, a través de un desafío genial orquestado por el gran Alex Santonja, me han devuelto al mundillo rolero que intentaba alejarse de mí por falta de atención.
Será dificil mantener la regularidad a lo largo de estos 30 días, cuando los exámenes se abalancen sobre mi exhausto cuerpo y destruyan la burbuja de paz en la que he estado viviendo; y aún peor, cuando el desafío mismo indague sobre los puntos oscuros de mi vida rolera y todos ustedes descubran la horrible verdad sobre lo poco que he jugado a lo largo de este año.
Aún así, aquí estamos, y en plena pausa entre una entrega y otra, me dispongo a escribir y alentarlos a que ustedes también lo hagan.
30 días, 30 preguntas. Muchísimos roleros en un feedback constante...
¿Qué puede salir mal?
DIA 1
¿Con qué rolero que no has jugado nunca te gustaría jugar?
Intentaré no extenderme demasiado en esto, dado que si me propusiera hablar libremente, podría llenar uno, dos, tres días con la misma respuesta.
Diré al respecto que hay un amplio espectro de roleros que jamás llegué a conocer, con los que me habría gustado compartir al menos una mesa: aquellos quienes le enseñaron a jugar a los que me abrieron las puertas del mundo rolero a mí mismo por ejemplo. Uno se nutre de un gran número de experiencias ajenas a través de las sensaciones que generaron en quien nos la cuenta y, en ese sentido, no hay mejores anécdotas que las de tus mentores. Después de todo, fueron lo primero que escuchamos del mundo de los juegos de rol y durante largo tiempo jugamos, sentimos y dirigimos en función de aquellos modelos.
Ahora bien, si de personas a las que uno conoce se trata, creo que podría hablar de dos en particular. Dos personas con las que poco he compartido, por la distancia en algún sentido, pero sobre todo porque soy muy vago y algo tímido para aplicar la tecnología a los juegos de rol.
El primero de ellos, es el gigante PEDRO J. RAMOS, de Veinticinco horas al día, quien sin saberlo, me guió por el difícil camino del diseño de juegos de rol. Su forma de escribir, su actitud y, sobre todo, la genialidad que es para mí su juego "La torre de Rudesindus" hacen que quiera sentarme a su mesa, pero YA. Y es que, más allá de su forma de dirigir, que de hecho desconozco, es su reflexión a través del blog sobre los juegos de rol en general lo que hace que quiera ahondar más en su persona. ¿Y qué mejor manera de conocer a un rolero que jugando una de sus partidas?
Y la segunda persona con la que quisiera jugar al menos una partida es alguien que se parece mucho a mí, que vive los juegos de una forma particular, en un interjuego constante con sus otras pasiones, como la escritura, al tiempo que los utiliza como una excusa maravillosa para sostener la palabra y reforzar las amistades: es una joven española a la que deberían conocer, sobre todo a través de sus textos, donde refleja partes de una historia que lleva largo tiempo a merced del azar de los dados y la genialidad de sus ideas a la hora de marcar el camino que ha de seguir: MARY RAMOS MONGE, a quien conocí por su blog Imperfectum Esse, le da a los juegos de rol la misma importancia que les doy yo, como una parte natural de la vida y de las relaciones sociales, por lo que no dudo que me divertiría mucho como parte de su grupo de juego.
Imperfectum Esse es parte de mí; no solo la historia, sino el grupo, lo que representa y lo que es...
Además, luego de más de un año de historias sobre su mundo... ¿quién no querría jugar al menos una vez en él?
Y vamos, para alguien como yo, apasionado por la lingüística y la psicología, el mensaje de bienvenida a su blog era un anzuelo difícil de evitar...
Una historia de grandes insignificantes
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