Desafío de los 30 días 2°ed - D20 + D21
noviembre 21, 2014
Día 20
¿Recuerdas aquel momento en el que se lio pardísima en una partida? ¿Qué pasó?
Hoy me voy a tomar el atrevimiento de entender la pregunta como a mi se me da la gana. Porque, vamos, ¿qué cojones quiere decir "se lio pardisima"? Entiendo que es mala mía esto de anotarse en desafíos españoles siendo argento y bla bla bla, pero habría que ir pensando en un glosario que acompañe a las futuras ediciones del mismo (?).
Descartaré la opción de una batalla épica o una catástrofe absoluta, para decantarme sobre las tensiones en la mesa durante las sesiones de juego -porque soy un dramático, y es siempre interesante para mí pegarle a alguno de mis jugadores-
A decir verdad, nunca hemos llegado a situaciones realmente conflictivas DENTRO de una partida o sesión de juego. Ahora, lo que es afuera, y en relación a las mismas, tenemos anécdotas para tirar para arriba. Sin embargo, hay una en particular que me sucedió como jugador y que probablemente siempre recordaré.
Eran tiempos extraños en los que había aceptado someterme a las condiciones de juego propuestas por uno de mis jugadores habituales, quien llevaba un tiempo planeando una campaña de vampiro la mascarada, muy oscura toda ella, pero sobre todo, muy difícil de comprender. Más complicada aún de terminar. Vampicomandos en guerra como leí por ahí. Si. Eso.
Recuerdo una escena en que conducíamos por las carreteras internas del bosque local, noche plena, sin idea real de lo que estábamos buscando. Al costado del camino, las siluetas extrañamente reconocibles de cuatro tzimisces spoyados en un viejo Ford Falcon nos observan pasar, para luego descargar sobre nosotros todo lo que tenían... Hasta aquí, un abuso del narrador -en todo sentido. Pero la respuesta de uno de los jugadores no se hizo esperar, y comenzó otro tipo de abuso: el de las desopilantes reglas mal pensadas del mundo de tinieblas. Lasombra, Obtenebración, Sudario de la noche: un juego de variables y condiciones inexistente.
- No podés hacer eso
En cierto sentido, no, no podía, pero bueno... no era yo quien debía definir eso -y era muy divertida la idea, como para romper con la tensión. Dicho sea de paso, no ayudó a descomprimir nada, sino todo lo contrario.
- ¿por qué?
- porque no
- ¿y cómo es que nos vieron?
- tienen auspex
- ¡¿?! ... solo pasábamos en un auto
- ... por el bosque
- si, por el bosque, ¿qué tiene?
- es territorio de ellos
- ¿?
Creo que en algún punto me quedé dormido. No lo sé. Todo era muy abstracto para mí. Discutieron por un tiempo considerable, hasta que cediendo al poderío del narrador, comenzamos una guerra de pandillas (porque de eso vive el viejo vampiro, ¿no es así?). Desopilante en todo sentido. Hubo más discusión aquella noche que dados repiqueteando en la mesa. Y vaya que vampiro nos regala dados para arrojar en cada acción.
Logramos escapar, porque vencer era imposible dado lo cabreado que estaba el narrador. Sólo para encontrarnos con que su enojo no permitiría que mi compañero saliera con vida -o no vida- de aquel bosque. A los dos pasos, un grupo comando de hombres lobo nos esperaba con cuchillos y tenedores, listos para comer. ¡¿Hombres lobo?!
- No juego más
- Sos un cagón
- Esto no tiene sentido
Y nuevamente a horas de debate sobre lo que tenía o no sentido en el mundo que nos habían propuesto. Se lió como nunca, con quejas durante meses. Aún cuando logramos escapar de aquello porque la suerte estuvo de nuestro lado. No volvimos a jugar juntos por un tiempo. Y, por su puesto, aquel narrador no volvió a dirigir nada por un largo tiempo.
Lo intentó hace poco, como si lo anterior nunca hubiera sucedido. Pero la sombra de aquello sobrevoló toda la sesión.
Creo que todo se resume en un
- te pega
- pero no tiraste nada
- soy el master y dejaste bien en claro que no tenés como defenderte
Día 21
Nunca podrás entender que jueguen a…
... F.A.T.A.L. De verdad. Y eso que estoy abierto a jugar casi cualquier cosa, en cualquier contexto, con o sin reglas. Pero, ¿F.A.T.A.L.? Creí que era una joda hasta que leí el manual. Supongo que ha de ser sólo eso. Una joda de quien sabe cuantas páginas. Porque no puede ser más que eso.
Todo muy fuerte.
Ahora bien, todos aquí coincidimos en que cada cual puede hacer lo que quiera y jugar a lo que se le de la gana. A mí me gustan los sistemas extraños. Las historias rebuscadas. La innovación en general. Suelo probar juegos indie y dar vuelta a la red en busca de esos juegos que la gente suele descartar (aún así -o justamente por eso- sigo jugando al mundo de tinieblas... que se le va a hacer). Y esto me lleva a otro punto que creo necesario comentar: no puedo entender que jueguen Vampiro: la mascarada. Entiendo perfectamente cada uno de los puntos que dieron paso al boom de vampiro en los 90s, pero ¿por qué lo seguimos jugando? O mejor dicho, por qué me sigue divirtiendo tanto un juego tan mal armado, con tantos huecos... tan rígido en su pretensión de flexibilidad.
Lo recomiendo. Suelo dirigirlo. Espero que me inviten a jugarlo. Aún así, hay 234567890 opciones mejores para jugar tal ambientación.
Igual, si me preguntan, y como vieron en la entrada anterior, yo seguiré profesando el mundo de tinieblas cual religión por el resto de mis días.
Esta entrada pertenece al Desafío de los 30 días. Puedes ver las reglas aquí, y al resto de los desafiantes en este post.
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