Desafío de los 30 días 2°ed - D4 + D5

noviembre 05, 2014

Luego de un arduo martes de trabajo, en el que todas mis energías se vieron consumidas por la universidad y sus exigencias, vuelvo al ruedo (desde la oficina, si si) para contestar dos preguntas de un tirón. 
He visto que la mayoría de los participantes del desafío han respondido con cierta brevedad a estas dos preguntas, por lo que intentaré estar acorde a los mismos y no explayarme demasiado. Obviamente, son dos temas de los que mucho hemos hablado, incluso al interior de este blog, por lo que recomiendo darse una vueltita por entradas anteriores si es que desean profundizar más en mis puntos de vista.

Lo que sí diré, por tratarse de dos puntos que me tocan muy de cerca y que han significado mucho en mi vida rolera, es que no creo ser el más indicado para presentarme ante ningún novato y darle tales consejos. Yo no tuve a alguien que me diera esas respuestas cuando las necesité y debo insistir en que la mejor manera de responderse tales cuestiones es mediante la experiencia. 
Espero que aquellos a los que osé aconsejar hayan tenido grandes experiencias y, si los planetas llegaran a alinearse, vean esta publicación y dejen algún comentario.



D4 ¿Qué consejo le darías a un máster que fuese a dirigir su primera partida?

Nunca te olvides que tú también estás jugando. Simple. Cometí muchos errores a lo largo de los años como director de juego, pero si hay un error del cual me he arrepentido, fue haber olvidado que yo también estaba ahí para divertirme. Fueron numerosas las veces en que sucumbí ante la presión de hacer las cosas bien para los demás, olvidándome de mí. 

La clave es equilibrar las gustos propios con los de tus jugadores, así como también respetar tus propios tiempos, elegir, genéricamente, sobre todas las cosas. Y jugar. Permitirse "perder", dar el brazo a torcer ante conflictos que no hacen a la historia, disfrutar y celebrar las victorias de tus jugadores. 
Puntos básicos que hacen al clima emocional de la mesa de juego.

En cuanto a lo formal, aprendí de quien yo considero mi maestro, que no necesitas el manual sobre la mesa. Que lo debes conocer no está en discusión, pero hazlo a un lado cuando estés jugando, porque recurrir a él para sacarse una duda suele poner la partida en pausa y generar más problemas que soluciones. Tardé años en entender este punto, aún cuando lo tuve frente a mis ojos desde la primer partida de rol en la que participé. Haz de tener una idea genera de las reglas del juego que vas a dirigir, pero lo importante es entender las reglas cuando las lees, bajarlas a la realidad, en lugar de aprenderlas de memoria: vale más saber lo general y poder aplicarlo, que saberlo todo y no saber qué hacer con ello. 
Mi experiencia, sobre todo en D&D, fue catastrófica durante años. Cuando no era yo quien paraba las rotativas para releer esa maldita regla perdida en sabe cual apartado, chiquito, en un costado de una hoja que tenía tal dibujo... era alguno de mis jugadores, que se distanciaba de la historia y se perdía leyendo y releyendo el manual buscando quien sabe qué. 
Jugaban las reglas y no la historia en sí.
Y vea uno la cantidad de manuales que hay que revisar en D&D si intentas encontrar algo muy muy muy puntual y no recuerdas dónde lo habías leído. 






Acá, buscando cómo aplicar cierto modificador al daño. Los jugadores seguramente ya hayan olvidado por qué es que lo estás buscando.

Así que aconsejo guiarse por eso, leer y bajar a la realidad en el momento, para que a la hora de dirigir por primera vez (o por enésima, como sea) las reglas sean solo un detalle que los guíe hacia el objetivo en lugar de ser el objetivo mismo, y no te hagan perder tiempo, sino todo lo contrario: te ayuden a dinamizar todos los aspectos del juego.



D5 ¿Cómo crees que es la mejor forma de buscar jugadores para hacer un grupo?

Tomaré prestadas las palabras de Juan Andujar Molina, del Alquimista loco, para responder con sinceridad a este punto:

"Pues eso me gustaría saber a mí también. Aquí donde yo vivo la mejor forma es invocar a un dios primigenio a ver si tienes suerte y encuentra algo interesante en tu súplica y te lo concede, otra forma, ni idea"


Los clubes de rol y las redes sociales serían la mejor respuesta a esta pregunta, pero he de admitir que eso no es para todos. A mi, en lo puntual, no me gusta socializar demasiado vía facebook, twitter, lo que sea. Soy demasiado retraído como para armar grupos con gente desconocida, así de la nada. Y, para complicar aún más las cosas, siempre me ha gustado dirigir en mi propia casa, con lo cual el tema de los desconocidos se complica. 
Ni hablar de mi manía de pseudo socializar con gente del otro lado del océano, con lo que, si no me sumo a la oleada tecnológica, me habré de quedar solo de un momento a otro.

Recientemente me he unido a un grupo rolero relativamente activo aquí en mi ciudad, con mesas de rol cada 15 días, con el apoyo de la secretaría de cultura. La iniciativa es maravillosa, y uno creería que allí puede conseguir jugadores para armar nuevos grupos, pero lo cierto es que hay un cierto hermetismo en todo este asunto. Muchos grupos se acercan a tales clubes ya armados y no son muy permeables a la incorporación de nuevos jugadores. Ejemplo de ello es la sobre-población de campañas ya comenzadas en detrimento de los esperables oneshots para conocer gente y mostrar el juego a los más novatos.

En mi caso, la mejor forma de armar grupos ha sido recurriendo a viejos compañeros y colegas que, siendo muchísimo más sociables que yo, cruzan las barreras de esos medios que yo suelo esquivar y conocen gente que luego me presentan. 
Es algo indirecto y poco funcional, pero me ha servido. 

Igualmente, juntar jugadores ha sido mi mayor pesadilla a lo largo de mi experiencia como director, así que no considero mis palabras como lineamientos a seguir.




Esta entrada pertenece al Desafío de los 30 días. Puedes ver las reglas aquí, y al resto de los desafiantes en este post.

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