Condenados a la libertad

julio 04, 2012

Sábados por la tarde.

Loli va a conocer a su padre! Oh si! O al menos la situación parece desembocar en dicho acontecimiento ~ Ya avanzada la segunda "temporada" de Vampiro la Mascarada, titulada Códigos de sangre, Lorelei se ha visto un tanto opacada, dada su natural displicencia hacia los temas de interés del resto de la cuadrilla, pero ha sabido mantener su no vida intacta. Magos y hombres lobo han descuartizado a sus compañeros de parranda, pero esa chiquilla de largos cabellos rubios parece no tener buen aroma para las fieras que la rodean.
Así va la cosa, divertida. Lenta. Pero divertida.

Domingos por la tarde.

Supongo que muchas cosas han escapado a los ojos del master durante las últimas sesiones de Changeling, pero me ha costado mucho darme cuenta de ellas. Podemos sumar casi un mes encerrados en la lúgubre mansión irlandesa dejada por el acaudalado T. M., pero poco han sacado en limpio los jugadores.
Mirando por sobre las fichas de personaje, más interesado en los ojos de los jugadores, en sus motivaciones y espectativas, he descubierto cierto no se qué que me mantuvo en vela por un par de días.

A la historia siempre le faltó algo, pero no había logrado descifrar qué hasta hoy:

Escribiendo una novela, con la que estoy sumamente emocionado, me di cuenta de la importancia de algunos aspectos que escapan al argumento en si mismo. La partida de Changeling tiene argumento. Tiene personajes. Tiene facciones. Pero hasta el momento no tuvo ritmo. El famoso climax de una novela no llegó nunca, y me temo que ha sido un grave error esperar a que los jugadores "vayan hacia él" en lugar de llevarlos por mi cuenta.

Siempre fui un fanático del sandbox, especialmente en D&D, dándole a los jugadores una libertad casi total, pero la experiencia me ha demostrado que hay jugadores para los que la libertad es peligrosa, casi que le temen y le terminan escapando.

Veremos qué sucede a partir de ahora.


You Might Also Like

0 comentarios