Una de San Valentin

febrero 14, 2013

Porque, de alguna manera, había que tocar el tema.

Protegido por una inusualmente fría noche de verano, entre a aquel, nuestro bar de siempre, en busca de información. La ciudad parecía venirse abajo; mis esperanzas... harían lo mismo en cuestión de tiempo. La decisiones de nuestro príncipe eran contaminadas por un amor que no entendíamos... esa misma noche, aquel sentimiento se apoderó también de mí.
La conocí allí mismo, sentada en la barra, junto a una butaca libre. 
Algo en su mirada, su acento francés, sus finos labios rosados... algo. Algo logró devolverle la vitalidad a mi no vida por un instante.
Me vi obligado a invitarle una copa, a conocer su historia, a caminar con ella. Y, por un breve momento de mi eternidad, me sentí seguro. 

Aquella fue la típica historia de amor. Mi personaje, un típico caballero inglés. La muchacha, una típica estudiante universitaria. Así de típica fue aquella historia, tanto, que no importó nada más. Él, nacido en el ~1600 y muerto en algún momento de la historia, y ella, pronta a despertar, transitaron la noche durante años, inmersos en el juego del amor y la seducción.    

El haber incluido una historia de amor por dentro de una trama tan oscura fue un acierto del master de turno, quien avivó una campaña que, poco a poco, había comenzado a decaer. Sin lugar a dudas, ayudó mucho a profundizar el trasfondo de cada uno de los personajes, dándonos una especie de objetivo secundario y sumamente personal en el que invertir tiempo y esfuerzo.
Supongo que fue entretenido ahondar en aquella situación, ya que la historia entre Senri y Marianne creció a niveles no esperados; no solo terminó convirtiéndose en un npc por demás importante, sino que nutrió a la partida de situaciones más mundanas, que hacían mucho más sencilla la interpretación. Y no me refiero con esto a escenas vulgares, sino a acciones y relaciones más humanas en un mundo de tinieblas que parecía, hasta ese momento, carecer de ellas.

Hace poco, y casi sin querer hacerlo, forcé a un narrador a incluir una historia semejante.
Inmerso en el delirio de una pequeña niña malkavian, me enamoré perdidamente de un npc sin importancia. Insistí con ello durante cada partida, cada fin de semana, e incluso en cada juntada por fuera de los encuentros roleros. Inventé escenas de esta relación por dentro de la confusa cabeza de la niña. Escribí historias al respecto.
Cree un monstruo.
Y fue divertido.

Supongo que, si había que tocar este tema... esta era la mejor manera.
Los invito a contarme sus experiencias.




PD: Un post no tan poético como me habría gustado, pero un post al fin, después de meses de inactividad. Un día por demás comercial, pero una excusa al fin, para festejar y robarle otra sonrisa a quien tengamos al lado.
Feliz día de San Valentín para aquellos que, como yo, encontraron al amor de su vida :)
Y feliz día a mi pequeña compañera, mi jugadora eterna, mi master frustrada. Es sin duda un honor compartir cada día con vos ♥






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