Cuando el 'RolMaster' no mira...

marzo 30, 2016

Cuando arranqué con este blog, allá por el año 2011, lo imaginaba como un espacio exclusivamente rolero, siempre asentado sobre la base de las experiencias de mi propia mesa cuando yo, como master, director, narrador, me distraía o me ocupaba de algo muy puntual, y el resto de los presentes en la mesa "hacían de las suyas" y se aprovechaban en cierto modo de mi benevolencia. Supongo que mis jugadores gustaban, no de hacer trampa en los juegos de rol, sino de la picaresca situación de jugarme una broma o romper la escena para enfatizar aún más la epicidad de la misma, pero aún cuando hubieran querido hacer trampa, las anécdotas que de allí surgían daban pie a todo tipo de entradas. 

Con el tiempo, las cosas cambiaron, el blog evolucionó, y terminó siendo este bendito popurrí de juegos de rol, mmo's y reflexiones varias sobre dinámicas de grupos e inmersión en mundos virtuales en que ustedes, lectores, están metidos. Y la entrada de hoy, en esta verborragia tan característica en su servidor, intenta marcar algo de todo eso en un único hilo que se me presenta como la continuación lógica de todo aquello sobre lo que he estado escribiendo y, sobre todo, de aquello en lo que he estado trabajando en los últimos meses.  

Así como decía en una de las últimas entradas, darse la oportunidad de habitar otros mundos, sean los imaginados por el master de turno o los programados en la web como parte de un universo digital, significa de una u otra forma crear contenidos, extender lo ya pensado y sorprender. He tenido la suerte de poner sobre la mesa una infinidad de mundos imaginarios que se vieron afectados por al creatividad y el entusiasmo de mis jugadores, pero se volvía difícil pensarlo a un nivel virtual cuando la base de esos mundos tiene una estructura bastante dura, impermeable a los cambios promovidos por jugadores anónimos.

Y grande fue mi sorpresa cuando encontré a ese tipo de jugadores, creativos e ingeniosos, deambulando por uno de los tantos mundos virtuales sobre los que he hablado anteriormente, promoviendo el rol y la grupalidad aún cuando nada tienen que ver con el juego, el staff, la empresa que tras él se edifica. En mi posición de RolMaster, me veo constantemente en la disyuntiva de crear aventuras bien planeadas y misiones suficientemente generales como para atraer a todo el público que se encuentre online en un momento dado, manteniendo cierta neutralidad y respondiendo siempre a un superior que apruebe o no tales ideas en función de, por ejemplo, aquello que puede programarse o no. Y, del otro lado, me encuentro con decenas de jugadores organizados en un foro, que planean historias independientes, que no requieren programación ni funcionalidad alguna más allá de aquello a lo que cualquier usuario casual puede acceder. Una iniciativa muy interesante que logra fomentar el rol en los mundos digitales mientras nosotros, los encargados de ello, seguimos dando vueltas, preocupados por sinsentidos.


Estos jugadores, mientras el master no mira, están dirigiéndose alternativamente partidas de rol sostenidas por un universo virtual del que han logrado extraer todo lo que necesitan para auto gestionarse un trasfondo rolero que, con la guía de aquellos que formamos parte y creamos tal universo, podría significar un crecimiento increíble para el juego en sí mismo. Y me pregunto, en relación a esto, qué tan diferente es lo que hacen ellos de lo que un director de juego plantea para llevar a la mesa, sea D&D, Mundo de tinieblas o lo que fuese. Sin ir más lejos, pienso en la primer experiencia que tuve en estas partidas online improvisadas: un jugador que, sentado en la taberna local, dice conocer a otro, que a su vez se encuentra atravesando una terrible depresión a causa de una muerte cercana y tiene un pedido por el cual está dispuesto a pagar muy bien. ¿Hay acaso un inicio de partida más D&D que este? Es cierto que, más allá de los diálogos, bastante bien logrados por cierto, el resto de las pequeñas misiones que este jugador nos proponía dependían de nuestra habilidad y ya no del azar que envuelve las tiradas de dados en el rol de mesa, pero ese sentimiento de estar jugando, transitando y habitando una partida/mundo imaginario estuvo presente todo el tiempo. 

¿Pudo ser mejor? Claro que sí. Pero ello no quita que la iniciativa haya sido un éxito, a tal punto que haya querido comentarla con cualquiera que pase por aquí. Tomar las mecánicas de juego existentes, las criaturas hostiles prediseñadas y distribuidas de antemano por un otro, y juntarlas en un hilo argumental capaz de entretenernos, y todo organizado en un foro que existe justamente para ello: para complementarse con el mundo virtual del Imperium y generar un poco de diálogo en una masividad que, cuando se aleja de estas interrelaciones 'interplataforma', suele perderse en el pvp injustificado y la oleada de avatares que bien podrían ser npcs teniendo en cuenta la poca interacción que suele darse entre ellos. 


Verborragia sinsentido, como les aclaraba al principio. Y una grupalidad nacida de la necesidad de esos chicos de poder jugar e interpretar a sus personajes. Necesidad que, en principio, no fue satisfecha por los RolMasters -donde me incluyo obviamente. Aunque quizá, si uno se quiere pensar en forma más positiva: grupalidad nacida a partir del fomento del rol ingame por parte de esos mismos RolMasters. 

El tiempo nos dirá si ese habitar nace gracias a nuestra presencia o como respuesta a nuestra ausencia. Lo importante es que sucede y que sigo sorprendiéndome como un niño cuando vuelvo a estos juegos tan sencillos y, a su vez, tan inmensos. 


PD. tan interesante fue la idea que, llegado el momento épico (y hasta diría necesario para una partida de este estilo) de enfrentarse a un dragón, el grupo era mayor al permitido por el sistema de party, y mientras el guerrero, equipado con su espada matadragones, atacaba hasta el cansancio a la imponente criatura, muchos nos quedamos afuera de la misma, sin recibir experiencia alguna por semejante hazaña más que la experiencia de poder contar esta anécdota. ¿Le importó esto a alguno de los presentes? Puedo asegurarles que nadie estaba mirando la exp en ese momento (aunque luego, obviamente, se comentara "lo mucho que habían crecido" aquellos que la habían recibido). 


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